•Cuando
ya tenía listo Si el norte fuera el sur (mi
tercer disco) se me ocurrió la idea de decirle a los directivos (que habían
olvidado escribir en el contrato la obligación de tener que ser yo el autor de
las canciones) que cuando a mí se me trataba mal (realmente fue en otras
palabras) no escribía ni una sola línea de una canción. Les pedí que me
consiguieran compositores, ellos pensaron que esto era una broma, hasta que
después de seis meses se dieron cuenta que no era así. Decidieron entonces
cambiarme el contrato y hacerme uno nuevo. En esa negociación el manager que
tenia me estafó, se quedó con gran parte del contrato.
•Aloysio Reis
(personaje fundamental en mi carrera), una tarde triste como las de costumbre
en aquella época, me encontró en los pasillos de la disquera y me vio a los
ojos de una manera rara, como si hubiese descubierto algo. Me preguntó... ¿tú
trabajas aquí?... De alguna manera sí le contesté. Yo no sabia que él era el
nuevo director de la compañía ni él sabía que yo era cantante hasta que se lo
dije.