arjonianaempty

sábado, 11 de octubre de 2014

Cuando ya tenía listo Si el norte fuera el sur (mi tercer disco) se me ocurrió la idea de decirle a los directivos (que habían olvidado escribir en el contrato la obligación de tener que ser yo el autor de las canciones) que cuando a mí se me trataba mal (realmente fue en otras palabras) no escribía ni una sola línea de una canción. Les pedí que me consiguieran compositores, ellos pensaron que esto era una broma, hasta que después de seis meses se dieron cuenta que no era así. Decidieron entonces cambiarme el contrato y hacerme uno nuevo. En esa negociación el manager que tenia me estafó, se quedó con gran parte del contrato.

Aloysio Reis (personaje fundamental en mi carrera), una tarde triste como las de costumbre en aquella época, me encontró en los pasillos de la disquera y me vio a los ojos de una manera rara, como si hubiese descubierto algo. Me preguntó... ¿tú trabajas aquí?... De alguna manera sí le contesté. Yo no sabia que él era el nuevo director de la compañía ni él sabía que yo era cantante hasta que se lo dije.
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